Behälter, Instrumente, Möbel und Schaumobjekte

Recipientes, Instrumentos, Mobiliário e  Objetos de espuma

Hamburg   1987-1991

Bogotá  1991-1997

MACHT DER ERINNERUNG

von Rita Schulze Vohren
„Eine der faszinierendsten Eigenschaften der Arbeiten von Horst Papenhausen ist, daß sie einer Bezeichnung als ‚Maschine’, ‚Objek‘, ‚Skulptur’ oder ,Musikinstrument‘ widerstehen“, so charakterisierte Natalia Gutiérrez treffend das Werk Papenhausens, das 1993 durch die Ausstellung in der Galeríe Valenzuela y Klenner erstmalig dem Bogotaner Publikum präsentiert wurde.
Zwar sind die Grenzuberschreitungen zwischen den bildenden Künsten und der Musik bei zum Beispiel Gerhard Rühm, Claus Böhmler, Henning Christiansen, Joseph Beuys, Nam June Paik und Phil Corner ein feststehendes Merkmal der Gegenwartskunst, jedoch kann der komplexe Dialog zwischen Klang, Schwingung und Objekt als spezifisches Merkmal des künstlerischen Schaffens von Horst Papenhausen gelten. Papenhausens Objekte sind häufig „objets trouvés“, wie der vielfach eingesetzte, mit Motoren ausgestattete IMUSA-Topf der Installation „Letzte Töpfe“ (1995) oder die mit Lautsprecher bestückte Landkarte „Mnemosyne“ (1995). Sie sprechen nicht nur ihre unverwechselbare Sprache im poetischen Sinne, nein, sie schrappen, kreisen, surren und ticken in beabsichtigter, präzisierter Ungenauigkeit, erobern den Raum in Interaktion von Klang, Bewegung und Material und entfalten durch elektrische Stimulation ihre eigene Dynamik. Dabei brechen sie mit dem Prinzip des Statischen, suchen durch Bewegung und Geräusch den Dialog mit der Stille und dem Betrachter, was auf die Papenhausen ganz eigene spielerische Art geschieht.

„Die Macht der Erinnerung, die von den ästhetisierten Alltagsgegenständen und ihren Tönen und Geräuschen ausgeht, ist groß. Das verfremdete Gebrauchsobjekt selbst agiert und konstruiert Gedächtnis, worauf ja alle Kultur beruht. Mit diesem mnemotechnischen Verfahren versucht der Künstler eine Rehabilitierung der gelebten Alltäglichkeit, die durch die uns allerorts suggerierte, allgegenwärtige Präsenz und Akzeptanz der modernen Medien als scheinbar authentische Vermittler von Realität abhanden gekommen ist.
Die traditionelle, ausschließlich visuelle Rezeption negierend, reflektieren Papenhausens Objekte und Rauminszenierungen Unendlichkeit und Zeitlichkeit, so in „Chronossphäre (1995).
Sie evozieren in „Mnemosyne“ (1995) mittels des technisch produzierten Geräusches Erinnerungen an Heimat und Kindheit und spielen ironisch mit Klang- und Bedeutungssinn, wenn „Flug“ in lokaler Färbung wie „Fluch“ klingt („Fluch der Schaufel“, 1995). Letztlich weisen sie über ihre Dinglichkeit hinaus den Weg zu einer zeitgerechten Ästhetik, die mit den neuen Medien existenzielle Fragen aufgibt.

Bogotá 1996

 

PODER DEL RECUERDO

Por Rita Schulze-Vohren
“Una de las características más seductoras que tienen las obras de Horst Papenhausen es que no se pueden llamar mäquina, objeto, escultura o instrumento musical.. “; asi caracterizó en forma precisa Natalia Gutiérrez la obra de Papenhausen, la cual fue presentada por primera vez al público bogotano en el año 1993 en una exposición en la Galería Valenzuela y Klenner.
Aunque sobrepasar los limites entre las artes plásticas y la música se ha convertido en un distintivo del arte contemporáneo, como, por ejemplo, en Gerhard Rühm, Claus Böhmler, Henning Christiansen, Joseph Beuys, Nam Jun Paik y Phil Corner, el diálogo complejo entre sonido, vibración u oscilación y objeto, conforman sin embargo el carácter especifico de la creación artística de Papenhausen. Los objetos de Papenhausen, frecuentemente “objets trouvés“, como la olla IMUSA motorizada, expuesta en distintas formas en “Ultimas Ollas“ (1995), o el mapa llamado “Mnemosyne“ (1995) sobre cuya superficie instaló ocho pequeños parlantes, no solamente hablan su propio e inconfundible idioma en el sentido poético, no, sus objetos giran, suenan, susurran, arafian, hacen tic-tac, con una irregularidad precisa e intencionada; conquistan el espacio en una interacción de sonido, movimiento y materia; despliegan una dinámica propia a partir de una estimulación elétrica, rompiendo con el principio de lo estético; buscan a través de un movimiento sonoro dialogar con el silencio y el observador. Podría decirse que se sucede lúdicamente a la manera propia de Papenhausen.
El gran poder del recuerdo es expresado en la estetización de los objetos cotidianos, sus sonidos y sus tonalidades. El propio objeto utilitario refaccionado actúa y construye la memoria, sobre la cual, descansa toda la cultura. Con esta mnemotécnia, el artista pretende rehabilitar la cotidianidad vivida, la cual, en general se ha perdido debido a la ininterrumpida presencia y aceptación de los medios modernos de comunicación, como transmisores auténticos de la realidad.
Negando la percepción tradicional y exclusivamente visual, los objetos y escenificaciones espaciales de Papenhausen reflexionan sobre el infinito y el tiempo, como en la obra “Cronósfera“ (1995). En “Mnemosyne“ (1995) evocan recuerdos de infancia y patria con ayuda de susurros que ténicamente fueron creados. Juegan irónicamente con eil sentido de sonido y de significado, como por ejemplo: cuando en la obra (“Vuelo de la Pala“: Fluch der Schaufel, 1995) la palabra , „Vuelo“ (Flug) se convierte gracias a un juego de pronunciación en „Maldición“ (Fluch). Al final, primando sobre su objetivismo, las obras indican un camino hacia una estética acorde con su tiempo, la cual induce a los nuevos medios de comunicación a plantearse interrogantes existenciales.    

Bogotá 1996